sábado, 18 de abril de 2009

1. Motivos que nos llevaron a cursar esta diplomatura.

En realidad no estoy del todo segura, fue un cúmulo de motivos que, en el equilibrio de una balanza, me trajeron aquí.
Desde el exterior podría citar algunos motivos, por ejemplo, la realidad en la que me he desenvuelto de niña, era bastante dura, y a mi alrededor podía observar perfectamente las desigualdades de este mundo que hemos inventado.
Conocía bien el trabajo de ambos profesionales, al menos, en su puesta en práctica y sabía cómo funcionaba el tema de menores.
He tenido la suerte de tratar con profesionales de este campo directamente, pues hacíamos un trabajo común, aunque no fuera desde la misma posición. Me han enseñado muchas de sus técnicas, muchos de sus conocimientos, formas didácticas de autoevaluarme y superarme, y sobre todo modos de resolver problemas.
Una de las psicólogas con las que traté me informó algo acerca de esta carrera, pero no le di mucha importancia en aquel momento, pues no sabía a dónde llegaría, necesitaba pasar antes una prueba muy difícil que no estaba del todo segura de poder superar. Para mi suerte lo conseguí, y mucho mejor de lo que me esperaba, pero no del modo en que creí.
Estudié artes, pues mi pasión es ella, el arte, y me enseñó tanto aquella etapa de mi vida, me llenó tanto y me hizo tan feliz, que no podía evitar sentir el deseo de continuar.
Me encontraba en el punto clave de la decisión de mi futuro próximo y quizá también lejano, y entonces entraban en juego las motivaciones intrínsecas que pudiera tener en aquel momento.
Hice una balanza y creí que la elección de la educación, sería una forma de devolver al mundo lo que me había estado dando tanto tiempo.
Con el tiempo he analizado muchas veces aquel momento en que elegí este camino y me he preguntado muchas veces el porqué. Hasta ahora he sacado algunas conclusiones más extensas que en aquel momento no pude ver.
Por un lado, me ofrecía estabilidad, seguridad, satisfacción, desarrollo, evolución, conclusiones y respuestas a viejas preguntas, mayor acceso a la realidad, contacto directo, un cabo al pasado del que tanto cuesta desprenderse, una manera de aportar constructivamente mis experiencias, conocimientos y capacidades, una forma de compartirme y compartir, me permitía realizar uno de de mis tantos sueños…
No sabía que los sueños pueden cumplirse todos si el tiempo te lo permite, tampoco creía en la vida tal y como creo ahora.
Hoy sé que el arte sigue ahí, que las cosas no tienen porqué ir separadas, conozco la globalidad y confío en que al arte nunca lo abandonaré. Me siento orgullosa de estar aquí, de ser quien he aprendido a ser, desde el punto de vista profesional, creo que puedo ser una gran profesional y que podré trasmitir mi amor al arte y a la vida en general a través de mi profesión.
Confío en mi capacidad para cumplir correctamente mis funciones y competencias, pero por supuesto, siempre en seguimiento a las leyes naturales.


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